Programa Demi-pair en Nueva Zelanda

Las estudiantes que participan en el programa colaboran con la familia anfitriona en el cuidado de los niños y en pequeñas tareas domésticas. El compromiso semanal puede llegar a 20 horas, distribuidas según el roster acordado entre la familia y la estudiante durante la primera semana. La escuela revisa este horario para asegurarse de que las responsabilidades están equilibradas y son razonables.

Las tareas habituales incluyen ayudar a preparar a los niños antes de ir al colegio, preparar lunch boxes, realizar desplazamientos cuando sea necesario y recogerlos por la tarde. También se espera que la estudiante participe en actividades cotidianas como jugar con los niños, acompañarlos en su rutina diaria, ayudar con los deberes y preparar snacks. De manera ocasional puede haber noches de babysitting.

En el ámbito doméstico, la familia puede solicitar colaboración en labores ligeras como ordenar espacios comunes, poner alguna colada o realizar pequeñas tareas de mantenimiento del hogar. La participación en tareas pesadas o que excedan las funciones propias de una demi-pair no forma parte del programa.

Conducir es imprescindible, ya que muchas familias necesitan apoyo para los desplazamientos escolares o actividades extraescolares. La escuela mantiene contacto regular con cada participante para garantizar que la convivencia y el reparto de tareas se desarrollan de manera adecuada.

Las estudiantes del programa Demi-pair viven con una familia neozelandesa seleccionada por la escuela, en un entorno seguro y plenamente integrado en la vida diaria del hogar. El alojamiento incluye habitación individual y tres comidas al día, lo que permite reducir de forma significativa los gastos de estancia en Auckland.

La convivencia con la familia es una parte esencial del programa. La estudiante pasa a formar parte de la dinámica del hogar y utiliza el inglés de manera constante, tanto en las actividades diarias con los niños como en los momentos informales con los adultos. Este contacto continuo con el idioma y el estilo de vida local es uno de los aspectos más valorados del programa.

Durante la primera semana, la familia y la estudiante acuerdan un roster semanal con los horarios de trabajo y los días libres. La escuela revisa este horario para asegurarse de que las tareas asignadas se ajustan a lo esperado para una demi-pair y que la convivencia se desarrolla de forma equilibrada.

Si durante el primer mes surgiera un problema serio de adaptación, es posible solicitar un cambio de familia. En ese caso, la estudiante debe hacerse cargo de su alojamiento temporal mientras la escuela busca un nuevo emplazamiento. Las sustituciones están siempre sujetas a disponibilidad.

La participación en el programa Demi-pair en Nueva Zelanda está sujeta a una serie de condiciones que garantizan una experiencia equilibrada y acorde con lo que la escuela considera razonable para este tipo de convivencia.

Todas las estudiantes deben trabajar hasta 20 horas semanales, distribuidas según el roster acordado con la familia durante la primera semana. La escuela revisa este horario para asegurarse de que las tareas asignadas se ajustan a las funciones propias de una demi-pair y no sobrepasan lo estipulado. Los días libres deben respetarse, aunque no siempre pueden ser consecutivos.

Durante el primer mes, si la integración con la familia no es satisfactoria —ya sea por motivos personales o por ajustes necesarios en la convivencia—, la estudiante puede solicitar un cambio de familia. En estos casos, deberá hacerse cargo de su alojamiento temporal hasta que la escuela pueda gestionar un nuevo emplazamiento. Las nuevas asignaciones están siempre sujetas a disponibilidad.

Cualquier reembolso de la cuota de emplazamiento solo puede considerarse en situaciones excepcionales y siempre a criterio del equipo de coordinación del programa, que evalúa cada caso de forma individual.

La estudiante debe mantener una actitud responsable, comunicativa y respetuosa, ya que la convivencia familiar es una parte central del programa. La escuela realiza un seguimiento regular y ofrece apoyo cuando es necesario, garantizando que tanto la familia como la participante se sientan acompañadas durante toda la experiencia.